Entiendo pero no hablo

$12.000,00
Entiendo pero no hablo $12.000,00

Carolina Gandulfo
Entiendo pero no hablo
EUDENE

Páginas: 272
Altura: 24.0 cm.
Ancho: 16.0 cm.
Lomo: 2.0 cm.
Peso: 0.475 kgs.
ISBN: 9789506562588
Encuadernación: Rústica Con Solapas
Año de edición: 2025-01-01
Colección: Guaraní

Hace 20 años, cuando se sancionó la Ley provincial 5598/04 que oficializó el guaraní en Corrientes, en una escuela rural del paraje correntino Lomas de González, en San Luis del Palmar, ya hacía muchísimo que los niños ingresaban a la escuela hablando guaraní y, en el mejor de los casos, castellano más o menos. Estos niños no eran, en general, reconocidos como hablantes de otra lengua diferente de la nacional y se los suponía silenciosos, callados, tímidos, por no poder comunicarse con sus maestros. El discurso de la prohibición del guaraní va más allá de las prácticas educativas escolares. Los padres manifestaban que no les hablaban a sus hijos en guaraní para que puedan aprender a hablar un buen castellano. Sin embargo, y a pesar de dicha prohibición, los niños más pequeños inician su escolaridad siendo hablantes de guaraní. En este libro se analizan los usos del guaraní y del castellano, y las significaciones que esos usos adquirían en ese contexto. Asimismo, se describen diferentes situaciones comunicativas en las cuales se observó cómo el uso de ambas lenguas no responde a los cánones de la diglosia, desplegándose así un universo sociolingüístico más heterogéneo y complejo del que se suponía.

Carolina Gandulfo
Entiendo pero no hablo
EUDENE

Páginas: 272
Altura: 24.0 cm.
Ancho: 16.0 cm.
Lomo: 2.0 cm.
Peso: 0.475 kgs.
ISBN: 9789506562588
Encuadernación: Rústica Con Solapas
Año de edición: 2025-01-01
Colección: Guaraní

Hace 20 años, cuando se sancionó la Ley provincial 5598/04 que oficializó el guaraní en Corrientes, en una escuela rural del paraje correntino Lomas de González, en San Luis del Palmar, ya hacía muchísimo que los niños ingresaban a la escuela hablando guaraní y, en el mejor de los casos, castellano más o menos. Estos niños no eran, en general, reconocidos como hablantes de otra lengua diferente de la nacional y se los suponía silenciosos, callados, tímidos, por no poder comunicarse con sus maestros. El discurso de la prohibición del guaraní va más allá de las prácticas educativas escolares. Los padres manifestaban que no les hablaban a sus hijos en guaraní para que puedan aprender a hablar un buen castellano. Sin embargo, y a pesar de dicha prohibición, los niños más pequeños inician su escolaridad siendo hablantes de guaraní. En este libro se analizan los usos del guaraní y del castellano, y las significaciones que esos usos adquirían en ese contexto. Asimismo, se describen diferentes situaciones comunicativas en las cuales se observó cómo el uso de ambas lenguas no responde a los cánones de la diglosia, desplegándose así un universo sociolingüístico más heterogéneo y complejo del que se suponía.