La Rebelión

$19.999,00
La Rebelión $19.999,00

Daniela L. Campanelli, Joseph Roth
La Rebelión
Godot

Páginas: 113
Altura: 23.0 cm.
Ancho: 15.0 cm.
Lomo: 1.5 cm.
Peso: 0.25 kgs.
ISBN: 9789878928326
Encuadernación: Rústica Con Solapas
Año de edición: 2022-01-01
Colección: Ficción

Un ex combatiente condecorado por el gobierno obtiene una licencia para tocar el organillo en las calles de Viena. A pesar de su mala fortuna y su invalidez (perdió una pierna en la guerra), está convencido de que el mundo se rige siempre por un orden moral. Pero un pequeño incidente en el tranvía lo llevará a la cárcel, y allí su visión del mundo se trastoca notablemente. Publicada originalmente en 1924, La rebelión de Joseph Roth hurga en los oscuros mecanismos de la burocracia estatal y en las complejas relaciones entre los seres humanos. "Había perdido una pierna y había recibido una condecoración. Muchos no tenían ninguna condecoración, incluso habiendo perdido algo más que una pierna. Les faltaban los brazos y las piernas. O debían permanecer en la cama porque tenían la médula espinal rota. Andreas Pum se alegraba al ver sufrir a los otros"

Daniela L. Campanelli, Joseph Roth
La Rebelión
Godot

Páginas: 113
Altura: 23.0 cm.
Ancho: 15.0 cm.
Lomo: 1.5 cm.
Peso: 0.25 kgs.
ISBN: 9789878928326
Encuadernación: Rústica Con Solapas
Año de edición: 2022-01-01
Colección: Ficción

Un ex combatiente condecorado por el gobierno obtiene una licencia para tocar el organillo en las calles de Viena. A pesar de su mala fortuna y su invalidez (perdió una pierna en la guerra), está convencido de que el mundo se rige siempre por un orden moral. Pero un pequeño incidente en el tranvía lo llevará a la cárcel, y allí su visión del mundo se trastoca notablemente. Publicada originalmente en 1924, La rebelión de Joseph Roth hurga en los oscuros mecanismos de la burocracia estatal y en las complejas relaciones entre los seres humanos. "Había perdido una pierna y había recibido una condecoración. Muchos no tenían ninguna condecoración, incluso habiendo perdido algo más que una pierna. Les faltaban los brazos y las piernas. O debían permanecer en la cama porque tenían la médula espinal rota. Andreas Pum se alegraba al ver sufrir a los otros"